Pandemolde al poder fue creado para convidarle al mundo un poco de nuestra vision... y aunque ni nosotros sabemos cual es... la flasheamos igual...

viernes, 23 de abril de 2010

lunes, 19 de abril de 2010

El efecto de 10 drogas al bolante

Es conocido el video, lo subo para subir algo. Esta bueno, te cagas de risa un rato.

jueves, 15 de abril de 2010

martes, 13 de abril de 2010

lunes, 12 de abril de 2010

PUBLICIDADES EXTREMAS!

Aca les dejo un par (bastantes) de "publicidades extremas".
slds.




























viernes, 9 de abril de 2010

Semivigilia

Gastón soñaba. Sabía que estaba dormido. En el sueño estaba parado cerca de la puerta de la cocina, pensaba poner la pava y prepararse un té. Pero algo lo detuvo. Algo… algo llamaba su atención hacia el sillón, miró por encima de su hombro y vio que estaba vacío, pero por alguna razón parecía contener una presencia, y esa presencia lo llenaba de inquietud… pensó… pensó… todo se hacía lento… todo se volvía confuso…

Se despertó bruscamente. Se había quedado dormido en el sillón de su pequeño departamento. Claro que para él solo no era pequeño, más cuando Camila lo había dejado hacía unos pocos días, llevándose todas sus pertenecías (las de ella).
El pequeño dormitorio, el ínfimo baño, el modesto comedor y la minúscula cocina. Lugar de sobra para él y su nueva soledad.
Se había quedado dormido viendo una película. Esta había comenzado a las 22 hs y quizás no fueron más de cuarenta y cinco minutos los que alcanzó a ver, antes que lo dominara el sueño. ¿Qué hora era?... miró el reloj de pared. Este decía que ya eran pasadas las 2 de la mañana.
Intentó pararse e irse a dormir como corresponde, en la cama. Siempre se quedaba dormido en el sillón, con los pies sobre una mesita y siempre se despertaba horas después, acalambrado. Esta vez no fue la excepción. Con mucho sacrificio intentó bajar las piernas y pararse. Poner los pies en el suelo fue doloroso al punto de deformar la expresión de su rostro. Lo de ponerse de pie debería esperar unos momentos todavía…

Cerró los ojos y volvió a dormirse. En el sueño él estaba nuevamente al lado de la puerta de la cocina. Sentía otra vez la presencia del sillón, miró hacía allí, no había nadie… ¿qué hacía parado ahí? Ah, ahora lo recordaba… había ido a poner la pava para hacerse un té. Se había comprado una de esas pavas silbadoras hacía poco, una con 3 litros de capacidad. Era lo más grande de la casa, sin dudas, ahora que estaba solo era una enormidad. Ya era una enormidad cuando la compraron con Camila, pero a él le había gustado que silbara, que tuviera el mango azul… y ahí estaba ahora, parado casi en la puerta de la cocina, a punto de encender la luz y poner el agua para el té, a Camila le gustaba el té. Le pareció ver con el rabillo del ojo que alguien se movía detrás de él…

Se volvió a despertar. Ahora estaba en condiciones de abandonar el sillón e irse a dormir como corresponde. La lógica simple indicaba que cuanto más pronto fuera a la cama más descansaría. Se levantó. Tenía ganas de prepararse un té pero… estaba muy cansado y prepararlo parecía ahora demasiado trabajo. Decidió tomar el camino opuesto a la cocina e irse a dormir.
Apagó el televisor, la luz del comedor y justo antes de entrar al dormitorio quedó detenido, pasmado.

En la nada absoluta del silencio de la madrugada escuchó como comenzaba a silbar la pava en la cocina.

Fin